Rozó con las yemas de los dedos ese rostro terso, ¿cómo podía ser tan afortunado de lograr degustar tal… perfección? Ronroneó deleitándose de esa satisfacción que le hizo producir un gemido ahogado, surgiendo de sus internos deseos. Su mano temblaba ¿Y si desaparecía? ¿Y si se desvanecía? La acarició deslizándose con cuidado, como si su piel fuera una fina placa de hielo que podría resquebrajarse en cualquier momento. Suspiró y acercó su cara al cuello frío de la joven que yacía en el suelo de madera húmeda y putrefacta. Juntó la punta de su nariz en esa piel y la recorrió, respirando el aroma a lavandas. Inspiró su olor impregnándose de él y cerró los ojos concentrándose en esa fragancia tan placentera. No olvidaría su perfume… Sonrió al notar como ella reprimía un jadeo ante la cercanía.
Ascendió con la nariz ese
cuello descubierto hasta el arco donde comenzaba su barbilla. Rió por lo bajo,
podía notar con exactitud sus rápidas pulsaciones; como su piel convulsionaba
en cada momento que lograba pasar su sangre. Perfiló con los labios su recta
barbilla hasta llegar al lóbulo de su oreja derecha, pero todavía había más en
lo que disfrutar…
Se separó pocos
centímetros para contemplarla.
Varias lágrimas descendían
de sus ojos, de un azul en los que él podía sumergirse en sus pensamientos.
Esas perlas amargas recorrían su pétrea mejilla con lentitud, dejando marcas
húmedas por su cara. No pudo evitar que una sonrisa surgiera al ver el terror
en esas negras pupilas, algo explotó silenciosamente en su pecho, envolviéndole
y embriagándole de puro gozo. Una carcajada brotó de su garganta, resonando por
la habitación vacía. Desechó las lágrimas que marchitaban ese rostro, no podía
permitir que mancharan su semblante. El cuerpo de la chica volvió a
convulsionar mientras otro sollozo era sofocado. Recogió uno de los extremos de
la cuerda áspera, la cual rodeaba ese delicado cuello y que sujetaba con la
otra mano; y, sintiendo como cada partícula de su cuerpo se agitaba de placer,
estiró con fuerza mientras escuchaba los gemidos de su víctima hasta que el
último aliento fue exhalado.
Otra vez el vértigo,
semejante a cuando asomaba la cabeza por la ventana de un edificio; y la
corriente eléctrica, tan adictiva para él, manó al ver ese cuerpo rígido sin
vida.
Rocio me has dejado de piedra este relato es la magia :D
ResponderEliminarEso es música para mis oídos... u ojos en este caso =P jejeje Me alegra que te haya gustado!
EliminarA mi amigo Ivan Moncayo le encanta :D le ha gustado mucho xD. Te hago promocion =P xD
Eliminarjajaja Gracias!! al final terminarás siendo manager y todo ;P Me alegro que le haya gustado =)
EliminarImpresionada me has dejado!!! Me encanta.
ResponderEliminarjajaja Me alegro!! =D En serio, que guay que te haya gustado =P
EliminarVaya... Que relato más perfecto es... Mágico
ResponderEliminarChic-girl
Gracias!! :) Sé que puede ser un pelín raro este relato... jejeje
EliminarTal vez, pero sigue siendo igual de genial.
EliminarChic-girl
Vaya, no me lo esperaba. Es realmente hermoso y está genial redactado. Me has dejado sin palabras! Escribes genial!
ResponderEliminarEmoti
¿Por qué no puedo parar de releer tú relato? ¡Es muy adictivo!
ResponderEliminarChic-girl
Wow! jajaja Me alegro que te haya encandilado ;) Me encanta que te guste tanto
EliminarBueno, bueno, bueno. Estoy flipando. Muy bonito sobrinita. Ahora que ni se te ocurra tener más seguidores que yo que ¡te mato! ¡Enhorabuena! Miles de besos.
ResponderEliminar