Y fluyen las palabras cuando apenas mi mente puede pensar.
Mis dedos escriben sin yo poderlo remediar. Esta enfermedad provoca ese anhelo que tanto
atemorizaba a mis modelos del pasado, quienes retrataron el amor como algo
desdichado.
Y se me acelera el corazón solo de leer, ver o a
penas imaginar ese momento en el que dos personas juntan sus labios para sellar un profundo
sentimiento. Aguanto la respiración y una corriente atraviesa mi pecho,
demostrando que no es un sueño. Me falta el aire y por más que intento que el
oxígeno llegue a mis pulmones no logro conseguir este deseo.
Y, sí, lo quiero experimentar, aunque llore por no poseerlo. Ansío luchar, aunque sepa que al final odie porque no es a él a quien tengo.
Es una fórmula indescifrable que aquellos que la han
descubierto son, seguramente, los más afortunados de este universo. Porque
haber amado durante un segundo es mejor que vivir sin estarlo durante cientos
de años. ¿Cierto?
Por lo que uno se pregunta cómo vivir sin que sientas latir tu corazón en ningún momento.
Aunque todos esos esperanzadores e idílicos pensamientos se borran rápidamente cuando mi temor aparece de nuevo. Y mi cuestión se torna en cómo hacerlo cuando das más de lo que recibes. Cuando
el amor correspondido no es lo que se está aconteciendo.
El diseño te está quedando chulísimo. ¡Enhorabuena! y muchos besos.
ResponderEliminarEs un texto muy bonito, pero no me puedo sentir identificada...
ResponderEliminarBesos
Divinooo!
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