martes, 10 de enero de 2017

[23:59h del DÍA 1]



¡¡Que se detenga el mundo!! ¡Que paren máquinas y que se congele el tiempo! Porque por fin es la hora...

La hora de inundar tu mente con toda esa tormenta de pensamientos que cada noche intentas silenciar.

La hora de iniciar el camino a la deseable cima o de afrontar el tan temido fondo.

La hora de soñar despierto o de meditar sobre las largas horas perdidas... De responderte por fin a esas preguntas que en su momento no te atreviste a hacer. Despréndete de aquellos "Y si" que asfixian.

Único objetivo: Desatarse y escapar lo más lejos que uno pueda llegar.

Es la hora de planear propósitos que no tienes pensado cumplir, esas anécdotas que quieres vivir, esos encontronazos tan ridículamente poco casuales, esas conversaciones irracionales que enamoran o esos sueños "inalcanzables" tan probables.

¿Es esa "vieja" noche la importante? No, es el día siguiente... Cuando cae el telón y la realidad hace su acto de presencia. Toda magia se disipa y solo quedan los rastros de aquella ilusión que cada año encandila.  Viene y nos abandona tan rápido como un chasquido. Tan fugaz como una chispa prendiendo. Tan sencillo como el arrancar la hoja de un calendario. 

Es ahí el momento decisivo en el que aceptas que sí, es la hora...

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