Para mí hay un foco de atención en el vagón. Una
persona ignorada avanzando, con la tristeza reflejada en su mirada y el
cansancio en su rostro. No habla, con la mano extendida solo observa a las
personas que le rodean. La vergüenza ha hecho que enmudezca y le sea imposible
pronunciar palabra. Solamente lleva los ojos al azar, evitando contacto con la mirada; y
esquiva despacio, evitando contacto con el cuerpo.
Mientras camina, los demás se giran dando sus espaldas
o apartan la vista y la centran a un punto diferente, tal vez a los árboles y
edificios que aparecen veloces en una estación al aire libre o la oscuridad del
túnel. Yo, desde la esquina del último asiento, miro con curiosidad como todo mi
alrededor adquiere un tono gris y negro, transformándose esas personas en sombras
y estatuas fijas, sin rostro y frías.
Solo el señor se encuentra bañado por colores, destacando
entre todos; y una extraña luz le ilumina, consiguiendo ser ese foco de toda mi
atención. Solo ese hombre que camina un poco encorvado, escuálido y casi sin
aliento. Sus ojos afectados de cataratas y una barba blanca rasposa hacen una
imagen que martillea mis ojos. ¿Cuál habrá sido su camino? ¿De dónde vendrá? ¿Cómo
habrá llegado a estar así? Unas ganas irremediables por saber su historia me
abordan repentinamente. No puedo evitar preguntarme si habrá tenido familia,
mujer, hijos…
Ya está casi en el final y solo a un metro y medio de
donde me encuentro. Aprieto con fuerza mi mochila, oprimiendo mi estómago y aguantando
la respiración. Una tormenta aturde mi mente. Me encuentro dividido y una parte
de mí controla, arrastra y amordaza a la impulsiva. ¿Será buena idea? Antes de
que termine la pregunta, mis manos abren la cremallera y sacan un objeto
envuelto en papel albán junto a un monedero. Antes de que sepa lo que hago, mis piernas se abalanzan
impulsándome y precipitándome hacia adelante. El señor se detiene un poco
atemorizado y yo, nervioso e incómodo al notar cientos de pupilas en mí, le
entrego lo único que sé que llena y da fuerzas. Sonrío lo más dulce que puedo y
a eso añado el bocadillo que llevo para comer y parte de mi dinero. Muchas
personas pensarán que el dinero es lo que necesita, que el alimento es lo que quiere;
pero yo creo que una sonrisa y una mirada fija en su alma es lo que desea.
Solo para sentirse dentro de algo. Solo para sentirse
igual. Solo para sentirse lo que es. Una persona.
Precioso. Estupendo. ¡Estás que te sales! Besos.
ResponderEliminarGracias!! =) Me alegra que te haya gustado =D
EliminarMe encanta (que raro). Es que siempre lo haces tan... Especial. Todos te dan de pensar, especialmente este relato. Tienes razón. Mucha razón.
ResponderEliminarChic-girl
Me alegra lo que comentas. Gracias! =)
EliminarHay que tener agallas xD EL relato esta bastante bien y el mensaje final me encanto
ResponderEliminarjajaja Gracias! Es algunas veces que en el metro observo y me parece... curioso (?) xD
EliminarMe encanta, por el momento este tiene mi 10!
ResponderEliminarJajaja Me encanta que tw haya gustado tanto ^-^ Pense que seria un relato tipico pero los comentarios me hacen ver que no xD Graciaas!! <3
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