Levanto
los párpados y alzo la mirada para ver el cielo nublado color gris que anuncia
la llegada de una tormenta, mientras noto el aire helado acariciando mi piel.
Suspiro y vuelvo a cerrarlos sumergiéndome en la oscuridad.
Estoy
bien, sé que lo estoy y no me engaño a mí misma al pensarlo; me repito
constantemente. Elevo la cabeza buscando el único rayo de sol que se atreve a
asomar por el hueco que deja la densa superficie y escucho al viento gélido
moviendo las hojas de los árboles. Siempre me ha gustado estar sola sin gente a
mi alrededor. El único momento de paz y tranquilidad. Mi momento.
Me
atrevo a recordar esas palabras hirientes que nunca se tuvieron que pronunciar
y el pecho me vuelve a doler al ver esa escena en mi mente, mi cuerpo todavía
tiembla ante sus golpes e intento controlar mis lágrimas que quieren precipitarse
por mi rostro. Aguanto para que no ocurra y eso provoca que el nudo en mi
garganta se enrede aún más dejándome sin respiración, axfisiandome. Me arden
las mejillas y mis ojos comienzan a ver borroso, no aguanto más y comienzo a
sollozar. "¿Por qué?", una pregunta simple y sencilla de responder
que desgraciadamente él no se digna a contestarme. Tanto odio acumulado en su
interior y lo único que puede hacer es descargarla conmigo, para después darse
cuenta de que ha actuado mal y asegurarme que me quiere, que no volverá a
suceder y yo..., sí, me agarro a ese clavo ardiente. Solo es una fase en mi
vida; esto no va a ser así siempre, lo sé. Si se olvida rápido podría actuar
como si mi vida fuese normal, así de simple y sencillo. ¿Qué otra cosa podría
hacer? Eso es impensable...
El
sonido de una rama del árbol que está enfrente me saca de mis pensamientos,
intento ver el causante y un pequeño pájaro que ha notado mi presencia me mira
y echa a volar precipitadamente.
Observo
como mueve sus pequeñas alas enfrentándose al viento que enfurecido le impide
avanzar, finalmente consigue su objetivo y le pierdo de vista. Oigo el primer
trueno que rompe una nube haciendo que comience a llover. Y allí, en ese claro,
me quedo bajo un árbol cobijada del agua
para impedir que me moje, mirando y escuchando la lluvia entre las hojas. Una
gota de agua, así me identifico, pequeña e insignificante, sin ningún fin en
este mundo; pero, pienso y me digo ante eso: "Estás bien, sé que lo estás;
solo sonríe y ya pasará el dolor, te lo prometo".
Genial la entrada, me ha encantado
ResponderEliminarPuedes pasarte por mi blog por favor:
plabrasescondidasenmundosdepapel.blogsot.com
Me ha encantado, como siempre. Tengo que encontrar una forma original de decirlo, porque si no mis comentarios serán todos iguales. Aunque tus entradas sean diferentes, hay una palabra para describirlas a todas: PERFECTAS.
ResponderEliminarChic-girl
P.D: La del comentario anterior no soy yo, es una amiga. Yo no hago publicidad, menos en este blog, que es una joya ;)
jajaja =D Graciaas, en serio me alegra que te gusten tantos estos relatos!! Tu comentario anima un montón y ahora estoy subida en una nube xDD No pasa nada ;) Un saludo!!
EliminarMis comentarios también serán todos iguales, pero es que no lo puedo remediar, cada vez que publicas, me gusta más que el anterior!!!! Me encanta! Sigue escribiendo que nos tienes en vilo, jejeje... Muack!
ResponderEliminarMejor que sea así que no algo negativo jajaja ;) Me alegro un montooon y gracias por el coment.! =D Un besazoo <3
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